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No importó que tuviera un 72 por ciento de la posesión del balón ni que generara 25 tiros al arco, porque al final del partido ante Costa Rica, México entregó otra frustrante performance en la era del Tata Martino.

El 0-0 ante los ticos en el Azteca, además, dejó la sensación de que el Tri desperdició una gran chance de asegurar sus chances de ir a Catar. México pudo robarle a Estados Unidos (que cayó 2 a 0 ante Canadá) el segundo lugar en la tabla de las eliminatorias Concacaf y haberse alejado de Panamá (su próximo rival) y de la misma Costa Rica, pero no fue capaz de hacerlo.

El discurso en la selección de Costa Rica, en la previa de su duelo ante México, ha sido que el Estadio Azteca ya no pesa como antes, que la altura no es factor. Obviamente, todo es parte del juego mental típico de estas instancias y también una forma de los ticos de minimizar un hecho elocuente: el historial entre ambos equipos, en la búsqueda de un boleto mundialista, favorece ampliamente al Tri.

La visita de México a Jamaica estuvo intensa a nivel de emociones. Sobre todo para Gerardo Martino, quien por momentos seguro pensó que su trabajo como entrenador del Tri tenía las horas contadas.

Los Reggae Boyz vencían a la selección mexicana pese a jugar con un hombre menos, empantando aún más su ya tortuoso camino a Catar 2022. Quedaban 10 minutos de partido y no se veía por donde el Tri podría obrar el milagro. Sin embargo, en apenas 120 segundos, dos rayos de luz nacidos en los pies de Jesús Corona lideraron una remontada que el Tata celebró como si fuera campeón del mundo.

Después de jugar media campaña sin sus servicios, el VAR finalmente hizo su estreno en el universo de la Concacaf.

La tecnología de videoarbitraje se activó por primera vez durante el duelo eliminatorio entre Jamaica y México para dar su opinión en una dura entrada de Damion Lowe sobre Andrés Guardado.

Primer expulsado por VAR en la Concacaf 

La jugada ocurrió en el minuto 43, cuando Lowe fue a disputar el balón con los tachones arriba. El jugador jamaicano no le dio al balón y terminó enterrándolos sobre el tobillo izquierdo del Principito.