Lionel Messi

Se juegue en Argentina, Estados Unidos o en el País del Nunca Jamás, la Copa América está a la vuelta de la esquina. Uno de los partidos más atractivos de la fase de grupos será el que mida a la selección anfitriona con Chile, el próximo 13 de junio, en el Monumental de Buenos Aires. El duelo aún trae esquirlas de las ediciones 2015 y 2016 y tendrá a Messi enfrentando a uno de los peores demonios que viven en su cabeza.

Pura emoción en la jornada 37 de LaLiga, la penúltima de la temporada. Con todos los partidos a la misma hora, el Atlético de Madrid consiguió una épica remontada ante el Osasuna para mantener el liderato y soñar con un título que no consigue desde la campaña 2013-14.

Real Madrid, que venció al Athletic Club, es el otro candidato. Los merengues, eso sí, necesitan un desliz colchonero para tener una chance. ¿Barcelona? Cayó ante Celta de Vigo y quedó completamente out.

¿Cómo sucedió todo? Más o menos así:

Por un momento parecía que la vida del Barcelona se ponía color de rosa, tal como la camiseta que usó para enfrentar al Levante. Ganaba 2-0 y se instalaba temporalmente al tope de LaLiga. Sin embargo, el equipo granota no quería ser el puerco del festín y en el complemento se transformó en una pesadilla para el equipo culé. Feroz e implacable, al punto que el 3-3 final prácticamente guillotina las opciones del Barça de conseguir el título.

El asado es el recurso número uno de un argentino a la hora de construir camaradería entre un grupo de amigos y Leo Messi, a menudo criticado por su falta de liderazgo, aplicó este lunes la técnica milenaria para reunir al plantel del Barcelona y motivarlo de cara a las últimas cuatro jornadas de LaLiga, en las que batalla por el título con el Atlético y el Real Madrid.

¿El único pero? La comilona genera críticas en España debido a que no siguió los protocolos de actividad social en tiempos de Covid-19. ¡Ah! Y la música. Qué horror, la música.