México jugó su último partido en suelo norteamericano antes del Mundial de Catar y la derrota 3-2 ante Colombia fue un perfecto resumen de la era de Gerardo Martino al mando del Tri: un inicio rampante, con un frondoso juego ofensivo, pero con un cierre espantoso, lleno de dudas y sin ideas.
Sí, el futuro no es alentador.
En el primer tiempo, la selección mexicana fue una tromba, presionando a Colombia en la yugular y con un Alexis Vega en modo pavo real, luciendo sus plumas y demostrando que debe ser el reemplazante de Jesús Corona si este no se recupera a tiempo de su fractura de peroné.
El extremo de Chivas abrió la cuenta desde los doce pasos, tras un penal de Luis Díaz a Uriel Antuna, y con una pantalla fenomenal dejó correr un pase de Erick Gutiérrez para que Gerardo Arteaga marcara el 2-0 cuando aún no se jugaban 30 minutos.
Más allá de los errores de Kevin Álvarez y las dudas de Néstor Araujo, el equipo se veía sólido. Gutiérrez, Charly Rodríguez y Andrés Guardado – quien igualó a Claudio Suárez como el futbolista con más partidos en la historia del Tri (177) – controlaban el mediocampo y ganaban sin problemas el duelo ante un James Rodríguez sin gas ni azúcar.
Hasta Uriel Antuna, periódicamente cuestionado por la afición mexicana, justificaba de manera elocuente los llamados del Tata Martino.
Todo era alegría y por poco no era goleada.
Sin embargo, en la segunda parte todo se desmoronó, todo se fue al carajo. Sí, influyó que Colombia sacó a las vacas sagradas – Rodríguez y Radamel Falcao – para dar paso a tipos con hambre como Jorge Carrascal, Rafael Santos Borré y Luis Sinistierra. Pero también es necesario decir que México no tuvo respuesta al aluvión que se le vino.
Colombia, en la cabeza y los pies de Sinistierra, igualó el partido en apenas seis minutos.
El empate desnudó los problemas del Tri en varias fases cruciales del juego y que se han hecho crónicos en los últimos 12 meses. La verdad es que sería fácil echarle la culpa a Kevin Álvarez y el partido de perros que tuvo, pero la cuestión es más profunda. México tiene dificultades en:
- La defensa de balones detenidos
- Errores en coberturas defensivas
- Fallas constantes en la salida y la elaboración de juego
- Escasez de oportunidades frente al arco rival
Colombia terminó de dar vuelta el partido con un hermoso golazo de Wilmar Barrios, pero que tiene dos errores del Tri: una mala intercepción de Néstor Araujo y la lentitud de Erick Gutiérrez a la hora de cubrir la media luna.
Hacia el final Martino echó toda la carne a la parrilla, pero no produjo mucho. Alexis Vega generó ilusión cada vez que tocó el balón, por ahí hubo un chispazo de Diego Lainez – solo uno – pero al final el único remate que tuvo México en el segundo tiempo fue uno de Luis Chávez que salió desviadísimo a la fila 15.
Poquísimo.
Y lo peor es que no queda tiempo para soluciones. El Mundial es en 54 días y lo única que queda es aferrarse al equipo que hay y esperar que el desastre no sea tan grande.