Una nube negra parece haberse posado sobre el Wolverhampton. Hoy, en su casa, el equipo desperdició una ventaja de 2-1 ante el West Bromwich, uno de los colistas de la Premier League, y terminó cayendo 2-3. La derrota, por cierto, no es un accidente y es parte de una mala racha que tiene un motivo más que claro: la pérdida de su talismán, el mexicano Raúl Jiménez.
El goleador sufrió una fractura de cráneo el pasado 29 de noviembre, en un duelo ante Arsenal y aún se encuentra en período de recuperación.
Scary situation for Raúl Jiménez, after suffering a potentially serious head injury in a clash of heads with David Luiz. Treated for 10 minutes on the pitch, given oxygen, stretchered off, and taken straight to the hospital. Hopefully not as bad as it looked.#FuerzaRaúl pic.twitter.com/EZd5459uwN
— Joga Bonito (@Jasoninho10) November 29, 2020
Al poner los números sobre la mesa, la ausencia del mexicano es superevidente. Con Jiménez en cancha, el Wolverhampton ganó cinco partidos (incluimos el triunfo el día de su lesión ante los Gunners), empató dos y perdió tres. En otras palabras, obtuvo 17 de 30 puntos en disputa, equivalentes a un 56,7 por ciento de rendimiento.
Sin Jiménez, los Wolves apenas suman una alegría (2-1 ante Chelsea), además de dos empates y seis derrotas. O sea, apenas cinco puntos de 27, equivalentes a un paupérrimo 18,5 por ciento.
Hace unos días, en una entrevista con el sitio web del club, el entrenador Nuno Espírito Santo reconocía la importancia de Jiménez en su sistema de juego. “Sabemos que la pérdida de Raúl Jiménez es terrible, la lesión que tenía nos impactó mucho. No hay duda de que Raúl es un jugador especial; ha estado con nosotros tantos años y ha dado tantas cosas. Con Raúl puedes jugar cruces cómodamente, jugar corto cómodamente y jugar en los espacios cómodamente. Si no somos los mismos, tenemos que encontrar soluciones diferentes,” afirmó.
Hasta el momento, esas soluciones no han aparecido y lo peor es que el panorama en el estadio Molineaux, sin Jiménez, es cada vez más gris.